La incorporación de nuevas autoridades en los ministerios de Finanzas, de Recursos Naturales no Renovables y de Coordinación de la Política Económica aparentemente muestran un refrescamiento en el Frente Económico, aunque los nuevos ministros ya han colaborado con el Gobierno en otras áreas.
Esta ‘oxigenación’ llega en un momento en el cual el Ejecutivo tiene dos tareas primordiales en su gestión económica: buscar fuentes de financiamiento para cubrir las necesidades de recursos en el Presupuesto, por unos USD 4 124 millones, y alcanzar un acuerdo con las compañías petroleras privadas, para renegociar sus contratos.
En el primer caso, los fondos para cubrir el déficit son inciertos, más allá de lo que pueda obtener el Ejecutivo del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), a través de la emisión de bonos del Estado. Los créditos comprometidos por el Banco Interamericano de Desarrollo y la Corporación Andina de Fomento suman USD 1 350 millones, pero su desembolso se hará de acuerdo con la ejecución de proyectos. En cuanto a los ingresos por la venta del petróleo y la recaudación de impuestos, las aspiraciones oficiales son optimistas, pero una variación en el precio del petróleo puede afectar a toda la planificación gubernamental.
En la renegociación de los contratos petroleros, la amenaza oficial sobre una eventual expropiación, si las compañías no quieren firmar los convenios de prestación de servicios, marca un terreno complejo para entrar a negociar.
Ambas tareas son urgentes y es una prueba de fuego para el nuevo Frente Económico, si su objetivo es dar certezas al desarrollo económico del país. Ese es su principal reto.
