La importancia de Internet ha crecido a gran velocidad en sus diversos ámbitos. El de la información y la difusión de ideas es uno de los principales, y eso ha permitido sobreponerse a restricciones a la libertad de expresión en muchos países. Sin embargo, a medida que ha ido creciendo el poder de esa herramienta, aumenta la preocupación de los regímenes que buscan restringir la información. Esto ha llevado a desarrollar en forma creciente métodos de control y múltiples prohibiciones sobre la web.
En ese contexto, China ha dispuesto la creación de una ‘lista blanca’ de sitios aprobados por el Gobierno, los únicos a los que se tendrá la posibilidad de acceder en la red. Diversas organizaciones han señalado que, en la práctica, esto significará bloquear las páginas web extranjeras y coartará a los usuarios la posibilidad de acceder a fuentes de información. Cabe recordar que en China, según datos de Reporteros sin Fronteras, ha habido disidentes y periodistas detenidos por publicar críticas a las autoridades.
Pero el caso de China no es aislado: otros países también censuran. Algunos ocupan técnicas cada vez más refinadas para vigilar el contenido de la web y filtrar materias ‘sensibles’.
La forma de controlar ciertos contenidos en internet es un debate no zanjado y pese a que muchos países han manifestado preocupación por contenidos de violencia, terrorismo o pedofilia -el debate sobre la forma de abordar estos temas está pendiente-, es evidente que los regímenes totalitarios y otros que no lo son están usando esas materias como un pretexto para legitimar el control de la información.
Es de considerar que en varias naciones de Latinoamérica se han observado medidas que restringen la libertad de información en los medios tradicionales, por lo que experiencias en la web de otros países en igual sentido podrían aplicar esos gobiernos.
En ese contexto, China ha dispuesto la creación de una ‘lista blanca’ de sitios aprobados por el Gobierno, los únicos a los que se tendrá la posibilidad de acceder en la red. Diversas organizaciones han señalado que, en la práctica, esto significará bloquear las páginas web extranjeras y coartará a los usuarios la posibilidad de acceder a fuentes de información. Cabe recordar que en China, según datos de Reporteros sin Fronteras, ha habido disidentes y periodistas detenidos por publicar críticas a las autoridades.
Pero el caso de China no es aislado: otros países también censuran. Algunos ocupan técnicas cada vez más refinadas para vigilar el contenido de la web y filtrar materias ‘sensibles’.
La forma de controlar ciertos contenidos en internet es un debate no zanjado y pese a que muchos países han manifestado preocupación por contenidos de violencia, terrorismo o pedofilia -el debate sobre la forma de abordar estos temas está pendiente-, es evidente que los regímenes totalitarios y otros que no lo son están usando esas materias como un pretexto para legitimar el control de la información.
Es de considerar que en varias naciones de Latinoamérica se han observado medidas que restringen la libertad de información en los medios tradicionales, por lo que experiencias en la web de otros países en igual sentido podrían aplicar esos gobiernos.
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