Con el cambio a parroquia urbana, aprobado por el Concejo Cantonal, sus habitantes esperan la obra municipal. El alcantarillado es una de las prioridades.
Redacción Guayaquil
La nueva parroquia urbana de Guayaquil, Pascuales, muestra dos rostros. Su avenida principal es una réplica del centro regenerado del Puerto Principal, con adoquinado, aceras con jardineras y parques con luminarias.
Pero en los barrios aledaños, el panorama es diferente. Los callejones polvorientos y la falta de servicios básicos afectan a los moradores de esta zona del noroeste.
El proceso de cambio
Desde el 2004, el Comité Promejoras de Pascuales pidió que el sector se incluya en el área urbana de Guayaquil.
El 17 de julio pasado, el Concejo Cantonal receptó el pedido, que luego fue enviado al Departamento Jurídico del Cabildo. Esta dirección analizó la reforma de la delimitación urbana de la ciudad para incluirla.
El 18 de septiembre, los concejales aprobaron en primer debate la Ordenanza de creación de la nueva parroquia, que emitió la Dirección de Ordenamiento e Infraestructura Territorial. Una semana después, 13 ediles votaron a favor de la Ordenanza de creación de la parroquia urbana de Pascuales.
La construcción de un hospital es uno de los pedidos de los pascualeños. La ampliación de 1 800 líneas telefónicas se suma a los proyectos. Pascuales llega hasta el kilómetro 30,5 de la vía a Daule. Puente Lucía, La Toma y El Chorillo son algunos de sus recintos, que requieren obras.
“Parece que vivimos en un pueblo. Las mejoras se quedaron solo en la calle principal, de ahí no pasaron”, cuenta Pedro Ruiz, quien vive en la cooperativa Assad Bucaram, hace 25 años. Pascuales es una de la parroquias más antiguas del país. Tiene 115 años de creación. Al inicio fue reconocida como parroquia rural de Guayaquil. Desde entonces, los problemas persisten. Rosa Mora llegó al sector hace 60 años. En ese tiempo cuenta que ha visto pocos cambios en su vecindario.
“Los problemas son los mismos. De a poco llegó el agua potable, pero no hay alcantarillado y las calles se convierten en pozas de lodo con el invierno”. Con el rápido crecimiento de la ciudad, Pascuales pasó a formar parte del perímetro urbano. Y en 1991 se la incluyó en la parroquia Tarqui (norte), como un sector más. Cinco años después se inició el asfaltado de vías, un trabajo que se limitó a ciertas áreas.Y fue recién en el 2005 cuando el Municipio emprendió la regeneración urbana, en tres fases. La primera etapa fue la reconstrucción del parque principal, obra que costó USD 980 000.
En tanto que el año pasado, la fundación Guayaquil Siglo XXI regeneró 1 200 metros lineales de la avenida Montecristi, en el centro de la parroquia. Esto con una inversión de USD 486 156.Pero fueron los continuos pedidos de los moradores los que motivaron que, el pasado 25 de septiembre, el Concejo Cantonal de Guayaquil emitiera la Ordenanza de creación de la parroquia urbana de Pascuales. La zona tiene 270 hectáreas y agrupa a unos 50 000 habitantes. “Ahora que estamos recuperando nuestra identidad como parroquia, esperamos que el Cabildo cumpla con las obras básicas”, sostiene Vicente Muñoz, presidente del Comité Promejoras del sector. El alcantarillado sanitario es una de las prioridades.
El alcalde Jaime Nebot aseguró que por ahora está en estudio un plan de alcantarillado para la zona. Los primeros trabajos serán en la cooperativa Paquisha. Mientras que la maquinaria municipal recorre las cooperativas San Francisco, Asad Bucaram y San Nicolás como parte de un plan de pavimentación.En su mototaxi, Jacinto Zambrano recorre las calles de Pascuales. Mientras aguarda una carrera junto al mercado municipal, cuenta que hay sitios inaccesibles. “Muchas vías están dañadas, están llenas de huecos”, explica. La promoción turística es otro de los proyectos que tienen los pascualeños. En 1984, Pascuales fue declarada zona de interés turístico. Hoy, las mototaxis y los más de 100 negocios de venta de fritada son parte de su identidad. Su cercanía al río Daule es uno de los factores que los habitantes de la zona buscan explotar. Sin embargo, la falta de una infraestructura adecuada frenó los planes. Pedro Rojas vive en una de las orillas. “Es una zona natural que se está desaprovechando. Hay la idea de hacer recorridos por el río a otros cantones”, afirma.
El concejal Larry Yumibanda explica que dentro de la agenda del Cabildo hay un plan para la construcción de un malecón en Pascuales. “Este es uno de los sectores que genera más actividad turística a Guayaquil, sobre todo sábados y domingos. Por eso, continuará la regeneración urbana”.
