martes, 25 de septiembre de 2007

Cultura carnavalera


















Texto: Francisco Santana
Domigo 16 de septiembre del 2007

Rescatar y convertir el carnaval de Guayaquil en una fiesta turística y de cultura es una tarea en la que todos los habitantes de la ciudad deberían involucrarse.

Cuando llega el carnaval un considerable grupo de guayaquileños desespera por abandonar la ciudad. Esa es la respuesta, comprensiblemente lógica, a la forma en que muchos otros ciudadanos celebran estas fiestas.Sin importar el origen de dichas festividades (griego, romano, cristiano, celta), está claro que son los tres días que preceden al comienzo de la cuaresma (40 días antes que el Domingo de Ramos), anterior al miércoles de Ceniza.

El carnaval es una fiesta de carácter popular que, en muchos lugares, se celebra ruidosamente y que consiste en desfiles callejeros, comparsas, bailes, disfraces y otras expresiones de alegría acompañadas de tradiciones locales.Sin embargo, eso sucede muy poco en Guayaquil. Para Juan Carlos Andrade (25), quien vive en la ciudadela Las Orquídeas, en el norte de la ciudad, es la gloria. Cuando llegan esos días él prepara una buena provisión de huevos podridos, anilina, agua sucia, globos con agua helada, harina y por supuesto alcohol, con esto la fiesta es completa. Claro, subraya, que él unicamente juega con su familia.

Larry Yumibanda Montiel, concejal y presidente de la Comisión de Desarrollo Turístico y Económico del Municipio de Guayaquil, comenta que hay que cambiar la mentalidad de los guayaquileños. Reconoce que él también era de los que abandonaban la ciudad cuando llegaban estas fiestas. Expone que el plan de la Alcaldía es desterrar y olvidar esa absurda manera de celebrar el carnaval.Transformar estas festividades en la ciudad en un acontecimiento netamente cultural y turístico es el propósito que persigue a través de un proyecto que presentó la segunda semana de enero del 2007, y que fue institucionalizado por el Concejo Cantonal el jueves 25 de enero de este año.Esto quiere decir, que dentro del calendario turístico del Municipio de Guayaquil, el carnaval se convierte en una fiesta de la ciudad organizada por el Cabildo.Para la celebración de la primera semana de febrero (3, 4 y 5) del 2008, la idea es empezar temprano para que los ciudadanos estén informados con tiempo y se involucren en el proceso que pretende hacer del carnaval guayaquileño un evento verdaderamente atractivo para todo el mundo.La medida no es descabellada si se toma en cuenta que ya están circulando folletos promocionales de otros carnavales que también se efectúan en Ecuador. En el caso de Ambato, las fiestas arrancan el 26 de enero y concluyen el 5 de febrero.Lo que pasóEn la celebración del 2007, explica Larry Yumibanda, se realizó una primera versión del cual solo se cumplió con el 20% de lo propuesto. Las actividades comprendieron festivales artísticos efectuados en La Playita del Guasmo, Puerto Hondo, el sector de las calles 29 y Oriente, Plaza de Artes y Oficios, del Centro Cívico, y Pascuales, donde estima que participaron 30.000 personas.

Sebastián Rodríguez (21), residente en la ciudadela Alborada, recuerda que cuando tenía 12 años de edad jugaba con agua como la mayoría en su barrio. No le importaba quién pasaba por su casa, todos recibían un globazo. Ahora ya no le atrae esta manera de jugar y ha cambiado totalmente su percepción. No sale de casa ni siquiera para comprar comida y se encierra a mirar películas en DVD.El caso de Marlene Castro (24) es diferente. Ella simplemente detesta el carnaval porque hace cinco años le pegaron en el ojo con un globo y pasó dos semanas de terror con miedo de todo. Ella no viaja porque piensa que en todas partes del Ecuador pasa lo mismo.Antiguas manerasEl profesor y periodista Germán Arteta explica que en la época colonial, los primeros años de la república e incluso hasta casi la mitad del siglo XX se jugaba de manera diferente. En el caso de Guayaquil predominó hacerlo con agua limpia, colonia, talco perfumado y los globitos que se llenaban con agua, pero jamás con la intención de causar golpes y daños a quienes iban dirigidos, sino que al ser lanzados galantemente eran recibidos por señoritas y jóvenes, damas y caballeros involucrados.Había la costumbre de elegir a la reina del carnaval e igualmente al príncipe, que en algunas ocasiones solo era un muñeco.El baile al compás de pianos y pianolas se complementaba con el brindis de cerveza, mallorca, mistelas, bocados de dulce y potajes que reanimaban a jugadores y bailarines.Se solían llenar los cascarones de huevos con agua perfumada con florida o colonia para intercambiarlos por medio de lanzamientos recíprocos con el novio, novia o persona de gran estimación.Nueva concepciónEsta es una fiesta donde deberían estar representadas las diferentes expresiones culturales de los habitantes de Guayaquil.

El plan del Municipio pretende que mediante la concepción del ciudadano común, la ciudad halle los elementos que mejor la representen. Yumibanda comenta que Guayaquil no tiene el carnaval que merece y no puede quedarse rezagada frente a lo que sucede en el mundo en materia de diversión. Afirma que en algunos años será el acontecimiento cultural más representativo de la ciudad, ya que identificará a los guayaquileños con sus raíces y tradiciones.El plan comprende algunas etapas y ya se cumplió con el diseño del logotipo y del eslogan. El 28 de septiembre próximo se cierra el plazo para presentar las propuestas del afiche y pronto se presentarán las bases para el concurso de la canción promocional. Luego se efectuará la convocatoria para la elección de la reina del carnaval.En estos momentos están diseñando la capacitación urbano popular, donde la idea principal es defender las raíces populares de quienes aquí habitan. Este proceso permitirá identificar todos los sectores que pueden intervenir.La capacitación abarca tres componentes: musical, coreográfico y diseño de carrozas (carros alegóricos).
El trabajo se hará con 20 grupos integrados por 50 personas y todo será financiado por el Municipio local.Hay que tomar las lecciones de los otros carnavales nacionales e internacionales y posicionar al de Guayaquil como el mejor del Ecuador. Es un proceso que Yumibanda calcula tomará aproximadamente diez años.Para esto hay que confiar en la gente y realmente concebir un carnaval para todos con el apoyo financiero del sector privado. Hay que participar y crear una nueva historia para la ciudad rescatando los elementos positivos de los años pasados.Alejar del sentir ciudadano el temor a celebrar y participar de estas festividades. Que a los guayaquileños no les dé vergüenza decir que tienen un gran carnaval.

Impresiones de un ganador
Xavier Lituma explica cómo ganó el concurso del logotipo. “Apenas me enteré comencé a bocetear algunas ideas donde utilicé iguanas, La Rotonda, el río Guayas, la iconografía del Malecón 2000, la torre morisca, la algarabía de multitud de gente y más. Pero el logo que resultó ganador salió cuando observé una tarde al bus de Guayaquil Visión, y recordé esta tradición casi perdida en Guayaquil, las chivas. Todo fue un proceso creativo que me tomó muchos días, dos semanas aproximadamente. La ejecución y dibujarlo en el programa de ilustración fueron de apenas dos horas.

En el eslogan reflejé una actitud de cambio en la forma de celebrar las festividades carnavalescas. Yo soy una persona que hace mucho tiempo dejó de disfrutar y divertirse con estas fiestas: el agua, harina, espumas, globos, achiote y demás sustancias extrañas lo volvieron vulgar y peligroso. Entonces, junto con mi novia, mi crítica, nació el eslogan Fiesta de altura, festival de cultura. Porque la fiesta es de participación ciudadana y el festival, carnaval, debe mostrar la altura que merece una fiesta tan antigua e insignia de un país, como lo es el carnaval. Y de esta forma estamos ayudando a que el visitante interno y externo vea a Guayaquil como opción turística y de diversión”.

No hay comentarios: